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- 223 - é'I, hizo que se le diese un bocado. del pan que él co– mía, y fué tail su virtud, que a1penas :fo hubo tragado el enformo, quedó enteramente sano, sin que en todo e1 resto de su vida se viese atacado de aquel mal'. ( 1). 231. . ,La fuente de v;,Jno generoso. Estando reparando los a,füañiles una casa ele que le habían hecho donadón, en un sitio llamado Trabe-Bo– nata, se hallaban extremadamente fatig,ados y pidieron un poco de vino para reparar las fuerzas. Envió a dos re,Iigiosos al pueblo inmedi.a:to a que lo ,pidiesen a al– gún~ bienhechor; pero como tandas-en y a:umentase la necesidad, movido de compasión, se llegó el Santo a una fuemte cl,e agua cristalina, hizo en ,ella :la señal de la cruz, y a:! punto comenzó a derramar generoso vino, el cual corrió ,por espacio de una hora. Los que le bebie– ron pub.li :carorí por todas partes un efedo -tan prodi-gio– so de la caridad de San Francisco (2). 232. El tizón ence,ndido. Un cahallero, 'llamado Juan Veli:ta, s,e convirtió por la predicadón del Santo, e iba a buscade muchas ve– ces a la cabaña que el Santo se había fab;rkado con las ramas de dos grandes áribo 1 les cruzados entre sí. Como· este hombre era muy andana y muy grueso,, y por lo mismo le era muy penoso, ir a donde e4 Santo s,e hallaba, suip:J:icó a éiste que se .estabJedese más cerca del pueblo,pu,es él Je prometía c.onstruir un convent.o en ,el punto que eligiese. El Santo le aceptó la ,pa1abra, y Je dijo que no se apartaría de:J 1 paraje mayor distan– cia que la que un niño pudiese arrojar un tizón encen– dido..Con esta pafabra salieron ambos a:l monte, y ha– biendo llega,clo a fas puertas de Or-ecio, mandó el ca– ballero a,J primer muchacho que pasó por allí que to– mase un tizón y que lo arrojase fo mács lejos que ,pu– diese, persuadido de que no podría ser muc:ho. El mu- (1) San Buenaventura: Leyenda, cap. XII, nfün. 11. (2) Chalipe: Vi.da, de San Francisco, lib. II, cap. XXXIV.

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