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- 219 -- Habia dicho el Santo pi-ofétkamente de Fray Ber– nardo de Quintavail, e1 primero que e11Jtró en la Orden, lo siguient,e: '!En v,erdad os digo que para pme:ba de la virtud de Fray Bernardo han sido Ianza!dos solbre él los máis sutiiles demonios y los más ,perversos de estos malignos espíritus, cuya única ocu1padón será intentar hacer caer die! cielo esta estrella, pero no logra:rán su intento". Ciertamente vióse rnuy tenfado, atriibt11!ado y afligido, mas de todo ello llegó a triunfar. También aña– dió: "Cer,cano ya a su fin, aquietada toda tempestad, verncida toda tentadón, gozará de inalterah11e paz y tran-, quilidaid, y consumado el curso de su vida, volará a Cristo". Así sucedió; su muerte vióse estCllarecida con muchos milagros, negando a 1a meta de fa gl,o,ria, según había ppedkho el hombre de Dios. De aquí que en stt tránsito lQs propios frailes diJeron: "Este religioso no hté conocido del todo, durante su vida; mas dejemos que otros se ocupen de la alabanzas de Bernardo" ( 1). 227. Anuncia el Santo que después de su muerte sobr 1 ev 1 endría hambre. Los santos - dice Celano - a veces se ven forza– dos por el Espíritu Santo, a hablar de sí mismos, y es 1 to sucede ,cuando la g,loria de Dios exige se manifiesc– te o cuando la edifi.ca1ción ,de1' prójtmo, por bi<en enten– dida caridad, lo requiere. Por esito también San Fran– cis,co manifestó a c},erto religioso, a quien amabra con predilección, lo que Je haibía sido reveJa1do acérca de sí mismo. "Existe - dijo - en la actualidad un siervo de Dios, en afonción a:11 cual, mientras v:iva, .no permitirá el Señor que el hambre aflija a los hombres": No hubo vanidad en esto, sino caridad santa, pues por ta:l se ha de tener ,cuanido no bus,ca el propio, interés, la cual hizo brotar este sencillo reilato para nrnestra edificación con palaihras santas y modestas; y no había para qué callar (1) Celano: Vida Segunda, cap. I, núm. 48.
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