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~ 22 - guardar abstinencia. A 1o cual contestó el seráfico Pa– triarca: "No solamente pienso que lo.s hombres deben comer, carne en aquel día en que el Verbo hecho carne nació, para la salvación del mundo, sino que, asimismo, los príncipes y ricos deberían esparcir carne y granos por los caminos, para que las aves y bestias del campo tuviesen parte, a su modo, del júbilo de una fiesta tan solemne, y quisiera, por otra parte, que se recubriesen las paredes de carne, si fueran capaces .de gozar de su substancia." Con estas hiperbólicas frases expresábase aquel corazón, todo amor de Dios ( 1). 9. 0 De su amor y devoción a la Sagrada Eucaristía. La Divina Eucaristía era otro de los objetos del acen– drado amor de San Francisco. Su amor a este misterio era tan tierno, que cuando lo consideraba, quedaba como fuera de sí. Después de la Sagrada Comunión, veíasele como ,embriagado espiritua'lmente y arrebatado en éxtasis, por la dulzura que gustaba al comer el pan de los ángeles. Al tiempo ele la elevación de la sagrada Hostia en la Misa, hacía esta fervorosa oración: "Pa– dr,e Celestia'I, Señor y Dios mío, mirad el rostro de vuestro bendito, de vuestro Cristo; tened piedad de mí y de los demás pecadores, por los que vuestro bendito Hijo se ha dignado morir, y ha querido morar con nos– otros en ,el Santísimo Sacramento del Altar por nues– tra salvación y -consuelo, con el cual, Vos, Eterno Padre y Espíritu Santo, vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén." Finalmente, quien estudie detenidamente la vida del serafín humanado, claramente verá que su vida toda fué un acto de no interrumpido amor de Dios (2). · 1O. Motivos en que fundamentaba su amor a Dios. El afecto que San Francisco sentía hacia Jesucristo (1) Celano: Vida Segunda, cap. XXII, núms. 199 y 200. (2) Wadding: Lib. I de Oraciones. Esta oración es de dudosa auten– ticidad, pues no se encuentra en los antig1..10:s Códices.

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