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- 19:2 - na que las arrojemos, ,prohibiéndonos en absoluto guar– dar,Jas." Al poco rnto fué llamado el r•eligioso tentado, y se le ordenó presentarse al Santo, que quería haiblar con él. Puesto en la presencia deil• Santo, dijo éste a:I tenitado•: "Busca, hijo mío, unas tijeras con las cuales puedas recortarme las uñas." Una vez recortadas, eil Santo, tomando aquellos trocitos, se los entregó al re– ligioso que los solicitaba.. Este los tomó ,con no menos reverencia que vener?cción, y a 1 l instante se vió libre d'e toda tribulación ( 1). 193. Ve al demonio sobre las espaldas de un reli– gioso. Un Vicario de.} Santo c.eilebra'ba Capítulo, en ocasión que él se hallaba en su celda orando por los .religiosos. Hubo uno de éstos que, con ,capa de injustas preten– siones, quería ·substraerse a'l rigor de la disdp'lina re– gular. Y corno el Santo viese esto en espíritu, llamó a uno de sus ,compañeros, y Ie dijo: "He visto, carísimo hermano, al mismo !demonio montado sobre la espa,lda de ese religioso desobediente, aprntárndole con la mano el cuello; y el miserab'le, habiendo sacudido el yugo de la obediencia, quedó sometido a 1 los brutales instintos del tirano, que le pare.cía tascar con crue1J,dad el freno. Pero movido a ,compasión, rogué por é,I al Señor, y .,a•! instante lo dejó libre el demonio. Ve, pues, y dHe a ese religioso que, sin tardanza, procure someter su cuello al yugo de 1a santa obediencia." Tan pronto como aquel religioso oyó este iconsejo de'l Sa .n.to , convirtióse mu~ de veras a Dios, y corrió presuroso a postrarse con hu– mildad profunda a los pies del Vicar.io del Santo (2). 194. :Un religioso muy tentado desea algún escrito del Santo. Hallábase el Santo recogido en su celda del monte .Alvernia, y uno de los compafreros tenía grandes deseos (1) Celano: Vida Segunda, Segunda parte, cap. I, núm. 42, (2) Celano: Vida Segunda, Segunda parte, cap, J,, núm, 34.-San Bue– naventura: Leyenda, cap. XI, núm. 11.

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