BCCCAP00000000000000000000594

- 186- mino y a .los que hallarba en él. A la voz de este nuevo apóstol, 1por la efkacia del auxilio del Señor, muchos de los que habíam descuidado su sailvadón eterna y pePdido 1a •paz verdadera, abrazá:banla de nuevo con todo afecto, y se hacían hijos de la paz, y ganosos del bienestar eterno." Talles son '1os maravillosos efectos del espíritu de paz que animaba a este varón de Dios (1). 186. Ahiuyenta los demonios que_ turbaban la paz de un pueblo. Dirigiéndose el seráfico Padre hacia Francia, al lle– gar a la ciudad de Arezio, advirtió que se hallaba di– vidida en dos bandos, ta.r1 enconaidos entre sí, que ame– nazaban una inminente y :total mina. Habiéndose hos– pedado en uno de los arrabales de i1a ciudad, vió sobre ella una ,gran rnwltHUJd de esp-íritus ma:Iignos, los cua– les ,pertur!baban a los ciudadanos y los exdtabain a fa mutua matanza. Resuelto el Santo a desterrar aquellas sediciosas potestades faf,ernalles, envió delante de sí a su compañero de viaje, Fr. Silvestr,e, a quien dijo: "Hermano, vete ·luego a la puerta de la ciudaíd, y, con grandes vo.ces, dirás: L.oado y b,endifo sea Nuestro Señor Jesucristo. De ,parte de Dios Todopoderoso, y en virtud de sarnta obediencia, os mando, demonios, que todos sailgáis y huyáis pronto de esta ciudad." Apre– suróse el ver.dadero obediente a cumplir 1 !0 que se le mandó, e inmediatamente queid,ó pacificada la ciudad y tranqui'lizados .sus moradores, res,petando nmtuamente ]os dereohos de cada uno. Así el buen .Paldre fogró deSJterrar la diabólica soberbia, r-establleciendo la paz .y quedando la ciudad libertada de fos odios y rencores con que se mataban y destruían unos a otros (2). 187. Recomienda la paz a los de Perusa, y porque no ,Je hacen caso, anuncia una próxima sedición. (1) Celano: Vida Primera, cap. X, núm. 23. (2) San Buenaventura: Leyenda, cap. VI, núm. 9.-Celano: Vid:i. Se– gunde:, cap. VIII, núm. 108.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz