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' - 185 - Convínose, también, que sin el · consentimiento de ,ambas parles no s,e podría •celebrar ninguna alianza con el Paipa o sus Nuncios y Legaidos, ni con el Em– pera:dor o el Rey o sus Nuncios o Legados, ni con ninguna ciudald o plaza fuerte, ni con un gran señor cua1lquiera, sino unos con otros se pondrían de a,cuerdo acer-ca de lo que foere necesario para honra, bien y progreso de la ciudad de Asís. · Bl documento donde se hacen constar estas bases de urnión y de paz comienza así: "En el Nombr·e del Padre. Amén. Los dones del Es– píritu Santo sean con vosotros. Para honra de Nues– tro Señor Jesiurcris:to, de la Santísima Vir,gen María, del emperardor Otón y del duque Leopo!Jdo. Entre los Ma– yores y ilos Menores de Asís se ha concertado ,para sÍ'empre etl siguiente pacto." Así ilogró e!l Santo Patriarca ha·cer desaparecer las diferencias socia·les entre unos y ofros, para que tordos~ rnconodénrdose hermanos, invocasen al Padre celes– tia'l ( 1). 185. Anuncia el Santo a todos la paz. Gustaba tanto e'I Santo dirigir a los fieles la paliarbra de Dios para predicarlies la penit,encia, que aprovecha– ba cuantas ocasiones se le ofrecían, causando la mayor edificación en fos oyen,tes con su fonguaje sendllo y grandeza de ánimo. "Era su parlarbra como dardo en– cendido y agudo, que, penetrando i1o más hónldo del corazón, llenaba de pasmo las intelHgenda:s. Todo é1 parecía como trarnsformado, y su espíritu, fijo en el cielo, tenía a menos mirar la tierra. Al prindpiar toda;s sus predicaciones, demandaba '1a paz para tordos sus as,istentes ,con estas evangérlicas pailabrns: El Señor os dé paz. A todos lo :deseaba die fo íntimo del cora– zón, a hombres y mujeres, a los que le salían al ca- (1) Cristofani: 123-130, - Le Monier: 165-167. - Sabatier: 133-135. _ .. Jorgensen: lib. H, cap. III.