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- 181 - pueda por virtud de la sa:nta oradón, contrición, confe– sión y satisfacción, en brev1e tiempo de un cabeHo ha1ce una viga, añadiendo algo más. Ahora bien, hermanos ca1rísim0s, ya que esta 'alegría espiritual nace de ila lim– pieza de 1 l corazón y de la suavidad de la oración con;ti– nua, trabajaid principa:Imente por adqufrir estas dos co– sas, a fin de que esta a:legría, que yo con sumo afecto deseo perma:nezca, y verla y s1enfü1Ja en mí y en vos– otws, podáis tenerla, interior y exteriormente paria edi– fi:cadón del prójimo y afrenta de nuestro enemigo; por– qt,t·e a és,te y a sus miembros conviene e11itris.tecerse, mas a nosotros regocijarnos y a1iegrarnos siempre en eJ Se– ñor". He aquí al seráfi.co Padr,e dando a sus hijos acer– tadísimas reglas de as,cétka. Según él, para obtener y cornservar la paz se requiere .limpieza del oorazón, afi– ción a la ornción y ejercido de buenas obras: medios indispensables par.a pr;eparar e'l corazón a recibir es1te fruto de;I Espíritu Santo ( 1). 183. Enseña en qué consiste la verdadera a'legría. Yendo San Francisco una vez desde Perusa a Santa María de fos Angeles, 1co11 Fr. León, en tiempo de invierno, cuanrdo eil intenso frío les mo:l 1 esfaha, Hamó a Fr. León, que iba un p01co delarnte, y le dijo: "Fray L,eón,. suponiendo que los Frailes Menores en toda la tierra, dies,en gran ej,emipílo de santidiaid y de bluena epi– ficaúión, escribe y advierte clarnmente que no está ahí la perfocfa a1egría." Después de anidar un' poco más, llamó el Santo, por segurnda vez, a Fr. L 1 e6n, a quien dijo: "¡Oh, Fr. León! Aunque ;Jos Fraiiles Menores i 1 Iu– minasen a los ciegos, curasien a los tulHdos, arroj,asén a los demonios, diesen oí1do a los so,ndos, pies a 1os cojos, y habla a :los mudos, y, lo que es cosa mayor, resudtasen mueritos de cuatro días, escribe que no esitá en esto la perfecta a,J,egría." Y siguiendo más adelante, dantdo un gni1to muy fuer- (!) W,;dding: Obr~s de San Francisco, Colaci6n 11,

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