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- 174- padencia de la cruz. El mismo dijo también: "Bien– ave,nturndos los que padecen persecución por J.a justi– cia, pues hábilmente supieron trocar la pena en gloria, la persecuición y miedo en aiegría. E,! platero acicail.a la taza o va,so que recibe die metal, más no hará un cáiliz de plata de una masa de plomo. Sállo Dios hace brotar el descanso de los trabajos, y de los tormentos. saca ailegría sempiterna. Conviene que los siervos de Dios s 1 ea.n diligentes, humildes y s,ufoi:dos, ya que espe– ran de su Señor u,n galardón incomparable ( 1). 174. Se ha de sobrellevar con pacien,cia el castigo de: nuestros pecados. Habiendo sido una vez eil · Santo azotado por los de– mcmios, si bien su ouerpo quedó molido, su espíritu en nad.a quedó quebrantado, antes ail contrario salió de aquella refriega más fortc:uleciido y dispuesto a sufrir y a llevar con paciencia cuanto el Señor permitiese, por lo cua:1 dijo con vehemente ferv:or: "¡Oh, Señor, te doy gradas por el inmenso amor y caridad tuya para con– migo, la cual me desoub.res ahora más claramente. Por– que tú castigas fos pecados en es,ta vida para perdonar– los en la futura. Yo, pór lo que a mí toca, esfoy prepa– rado con ánimo pronto .para sufrir con a.Iegría cuai1quie– ra tri:bUJladón y pena con que le plu1guiere afligirme a tu divina majestad por, mis pocarclos". , En otra ocasión, preguntado cómo sufría los dolor,es tan vehementes en los ojos y en todo e1l cuerpo con ánimo gozoso y sosegado, res,pondió: "Tan grande es la gloria que esipero, que me deieifa toda pena, toda enfermedad, toda humilladón, toda persecución, toda mortificación". , Un ánimo tan esforzado como el del seráfico Padre no es. extraño se exprese en estos términos. Dichosos, (1) Wadding: Obras de San Francisco, sermón 1. 0 .-El opúsculo d<> 16s sermones es de dudosa autenticidad, aunque en la substancia parecen~ del Santo

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