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CAPITULO XIX San Francisco y la paciencia 170. Cuando se ,conoce la paciencia que uno tiene. El Padre Saill Franicis,co, como bien eX!perimentado en el focundo campo de las vir,tudes cristianas, nos pinta de mano maestra eil retrato del paciente, y el momento en que se demuestra y pmeba la cantidad de paciencia que card:a uno tiene. "No puede ,conocer el siervo de Dios, - dice el Sanito - los qu~lates de paciencia y humil– da1d que tiene, cuando todo. salle a medida de sus de:– seos· y conforme a sus necesidades; sino cuando vienen día>s en los que los obligados a contentarle y sa,tisfacer su necesidad, le dan más trabajo. Digo, pues, que tiene la humilda1d y paciencia que entonces demuestra y no más". Es muy cierto que el verdadero regulador de .Ja vir,tuid es la trib:uladón, y que ésta nos pone en condi– ción de manifestar hasita donde Ueg,a nuestra v.irtud y cuárnta sea ella ( 1). 171. Aconseja sufrir con paciencia. Entre los consejos que da el seráfico Padre a Frar Bernai;do Quintava.J, encontramos el siguiente, que dice así: "Que por amor rul Altísimo, padentemente sufrns to 1 das las perseicuciones de este mundo, de manera, si puedes, que tú las desees y recibas con agrado, ailegrán– dote so:laimente en la Pasión .d:e Cristo, renuncies toda ailegría temporal. Además debes ho1ga:rte en tales tra– bajos, y pensar que si,rven para la purgación die tus pecados y utilidad de tu wlma. Juntamente con todo, viéndote obiligado a tu Criador, no pidas que te ha,ga razón o justicia ninguna criatura". ¡Magnífica doctrdna! (1) Wadding: Obras de San Francisco. Amonestaciones, cap. XIII.

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