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- 168 - Reprendiendo un día el s,eráfico Padre a un religioso que había dado un ma,I ejempJ,o, entr•e ofoas cosas ile dijo: "¿Quieres que te diga qué mal me causan los re-. ligiosos que dan ma:J ejemplo a otrns? El que me haría el que teniendo una espada, estuviiese todo el día me– tiéndola y sacánd01la en mi cuerpo sin que yo muriese. Así los malos religiosos acrecientain en mi cuerpo y en mi a,lma dolor sobr.e dolor, y me atraviesan 'las entra– ñas con los malos ejemplos que dan a mis hermanos y a los prójimos". Y añadió más: "Si alguno fuese herido de esta suerte por otro y pudiese huir, ¿no huiría de buena gana? Pues esto deseo. yo, y debería huir por los montes y desie1rtos por no oír eS!tas cosas de los reli– giosos". Bienvenido ,s.ea , Padr,e amado, es.te santo ,consejo, al cual procurar-emos ajm:tar nuestra conducta a fin de edi– ficar, no solamente a los hombres, sino también a los ángeles ( 1) . 165. Enseña el Santo que los prelados y predicado– res deben. adoctrinar a los súbditos y a los puebilos más con el ejemp:lo ;que con la palabra. "Por el oficio de la pr,elada y el oficio de predicar, - dioe eil Santo - no deben dejar los r,eli,giosos la sainta y devO\ta oración, ir por .la limosna, trahaja.r a;I– guna vez con sus manos y ejerdtar otras obras de hu– miildad, por el buen ejemplo y ganancia de muchas al– mas. Además, los súbditos y pueblos son edificados con los ejemplos de los ministros, y al ver que los predica– dores se en1regan también con gusto a Ja ornción, in:.. clínanse ellos humi1ldemenfo a obras de humildad y úti– les servicios; pero, si prelaidos y predicadores no quisie– ren hacer estas cosas, no podrán, sin afrenta y perjuicio y condenación suya, amonesfar y corregir a los demás. (1) Wadding: Obras de San Francisco, Coloquio XLIX.-Este pasa– je es de dudosa autenticidad. En Celano se encuentra un pasaje pare– cido. (Véase cap. XV.)

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