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CAPITULO XVIII San Francisco y el buen ejemplo 157. Bendice el Santo a los religioso,s que dan buen ejemplo. Cuando el seráfico Padre se enteraba de que los .reli– giosos, con la santidad de su vida, red,ucía:n .a muchos pecadores al camino de la vendad e infundían en el co– razón ide los convertidos el amor de D,io,s, decía que estas notioias eran para él como suavísimos olores y preciosísimos perfumes con que se sentía embailsamado,. y llreno de espiritual ailegrfa, co,lmaba de las más am– plias bendidrones a aquellos ejempllares y santos religio– sos. "Benditos seáis del Señor - decía - vosofros que conducís a Dios a los des,ca,rrfados pecadores, fos mos– tráis el camino de la verdad y os co11werváis puros y sinceros en la santa observancia del Evangelio. El que os bendiga sea bendito del Señor; el que os favorezca u os acoja, reciba la merced s,empiterna. Ninguna potes- . tad ejerza Satanás en vosotros. No os tiente más de lo que podáis resistir. Tened poderío sobre é'I y sobre los· suyos, poseed sus puertas y apo:deraos dy sus despo– jos. E1l poder del Padre os ayude, la sabiduría del Hijo os dirija y .l1a clemencia del Espíritu San1o os favorez– ca. Amén. Tal era el aHísimo concepto que el Santo tenía f.or- · mado de la virtu1d del buen ejemplo. Cuantos nos pre– ciamos de ser hijos y seguidores de las huellas de tan Sani:o Padre, debemos hacer buen r,ecaudo de esita san– ta bendición, a fin de que en todo tiempo, en todo ·lugar

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