BCCCAP00000000000000000000594

- 1 59 - citd a Fray EHas que yo le manido que vaya a hablar con ese joven". Fray Elías se enojó con este mandato, y lle– gando a.la puerta c9n a,Jgún enfado, preguntó al joven lo que se le ofrecía. "No os enojéis-dijo el joven-, vengo a preg1untaros si ilos que hacen profesión de guar– dar el Santo EvangeHo pueden comer de todo aquello• que J.e,s presentaren,. como. permitió expresamente Jesu.:. cristo a sus apóstoles". Cogiendo entonces Fray EHas con fiuria la puerta para cerrarla, ·Je respondió: "Sé muy bien lo que se pueide hacer; pero no tengo r,espues– ta que daros; iros a vuestro negocio". RepJicóle eJ jo– ven: "Yo no sé lo que vos responderíais; pero sí sé fo que deberíais responder". Con esto se separaron. Un rato después Fray EHas estaba pesaroso por haber tm– tado ta:n ma1l a a,quel joven, y queriendo reparar el mal, fué a la puerta para hablan1'e de nuevo, pero ya no le halló. Entre tanto, reveló Dios aiJ seráfico Fundador que aquel jov,en era un ángel, por lo cual, así que volvió de su contemplación, dijo a Fray Elías: "Os portáis mad, hermano; despedÍ's coi1 desprecio a los ángeles, que vie– nen de .parte de Dios a·instruirnos y a vfaitannos. ¡Ah! cuán1to temo que tu soberbia te haga indigno deiJ hu– milde instHuto de los FmHes Menores, y que mueras fuera de esta 011den". Ente111diendo el Santo Padr,e que sus hijos podían comer de carne, con aneglo al Santo Evangelio, der,ogó la ú!Nma reforma introduieida por Fray Eilías, mandando se guardase la RegJ.a, que diióe: "Y según el Santo Evangelio, de todos los manjar.es que les son püestos delante, les será Hdto comer ( 1). 155. Le desagradan las penitencias indiscretas. Aunque el San!to nalda omitía qu:e pudiese servir de estímufo a sus religiosos para observar la v,ida austera, quería, sin embargo, que se usase de moderación, por– que le desagra1claban las penitenoias indi,scr.etas. Frny SHvest11e, primer sacerdote de fa Orden, conva!,eciente (1) Florecillas: Parte r, cap. IV.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz