BCCCAP00000000000000000000594

- 156- 152. Sapientísima sentencia que da el Santo y cas– tigo que impuso a un religioso. Al renunda,r el Santo Padre la dirección de las mon– _ias, el ca:rdenal Hu,go 1 Hno, 1 de acuerdo con el Papa, nom– bró Vicario General de todos 'los monasterios de mon– jas, fundados por los religiosos Menores, a un sabio monje del Cister, llamado Ambrosio. Habiendo muerto éste poco después de su nombramiento, Fray Felipe, el Largo, compañe,ro del seráfico Padre, logró que el! Papa, a instancias del ca11denal Protector, le encomendase la dirección de todos los' monas:terios de monjas .confor– mes a:! de San Damián, donde estaba Santa Clara, con potestad de nombrar re11iigiosos de su Orden para que cuidasen de su dirección. Como todo esto se hidese sin consultar a 1 l Santo, éste no pudo menos de desaproba,r el celo de Fray Felipe con estas pa!Jabras: "Habéi,s hecho mal, Fray Felipe, habéis hecho mal. Hasta ahora la fís– tufa no esfa:ba más que en la carne, y por tanto había esperanza de curación; pero ahora, que se ha introducido en los huesos, se ha hecho incurable". ¡ Magnfüca sen– tencia para todos aquellos que están dedicados a estos ministerios, que los llevan distraídos de todo lo que verda!deramente les interesa má,s, que es su propia san– tificación! Para manifestar el Santo cuán-to le desagradaba que los religiosois se entrometieran en el cuidado y gobier– no de las monjas, véase cómo castigó a Fray E,steban, su compañero. Iban los dos juntos por la orilla del río. Fray Esteban le dijo con sinceridad que había id.o a un monasterio de monjas por 011den· del Visitador; pero que conocía haber obrado contra sus intenciones, por lo cual le pedía perdón. El Padre San Francisco. le re– prendi6 seriamente, y en penitencia le mandó que se metiese en e:I río con su hábiito. Esto era en el mes de diciembre. Habierndo obedecido aiJ punto Fray Esteban, le dijo el seráfi1co Padre: "Apagad, apagad en esa agua

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz