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- 1 55 - reciben con gusto las alabanzas que se les dirigen; y para los loadores indiscretos, que ponen la virtud en una prueba tan pe:Jigrosa ( 1). 151. Huy,e el Santo de la dirección ele los conven– tos de monja:s. Habiéndose propaga.do las fundaciones de conven– tos de religiosas, el cardenal Hugolino, protector de la Orden, le habló de la necesidad de ateJ11der a la direc– ción y cuidado de aquellos monasterios y vírgenes. del Señor. El Santo Patriarca respondió al cardenal: "Yo no he establecido ni procurado otro monaisterio de reli– giosas, que aquel en que he colocado a Sor Cfara, para observar la clausura ni me he encargado tampoco de otro cuidado más que· de la disciplina regular y de la manutención, que yo y mis compañeros les .pro:cmare– mos por medio de la limosna, según la pobreza de su esta!do. No hay cosa que tanto me desagrade, como la priesa que se han dado mis religiosos en establecer c,onverntos de reliigfosas. y de gobennarlos... Os suplico, Señor, que apairtéis a mis fraHies del cuidado y f:amilia– ri,dad de las monjas, si queréis mirar por su reputadóin y por el progreso en la virtud. Previendo el Santo los embarazos que había de causar en su Orden y otros in– convenientes que podrían resultar de aquí, tenía. apar– tádos a sus religiosos cuanto podía de estos e:uidados y servicios, y decía muchas veces 1con marcado s,entimien– to: "Temo que cuando Dios nos ha quitado las muje– res, nos haya procÚ:rado el diablo hermanas". Palabras son esitas que induyen un gran sentido práctico, y que deben se11V,ir de instrnoción a cuantos, por .virtud del ministerio s·agrndo, .se ven obligados a tratar con mu– jeres: Por eistas y otras. muchas razones que propuso el prudente Padre, e'l c;ardenal se encargó de trafar y de r,esolver el a~unto con el Papa (2'). (1) Chalipe:Vida de San Francisco, lib. III, cap. VII. (2) Wadding: · año 1219.