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-148- compañeros distinguía si iba a ella o la dejaba. Por la noche, no obstante, cuando se retiraba a descansar, ha– cía de propósito ruido para que creyeran que se entre– gaba al descanso ( 1). 144. Enseña el Santo las oraciones que deben decir sus discípulos. Deseaban los disdpulos de Francisco saber de su boca qué oraciones vocales debían recitar, por lo cual les dijo el Sanito: "He aquí la oración que debéis decir: "Padrenuestro que estás en los delos, santfücado sea tu nombre, etc." Después les enseñó cómo debían hacer el acto de adoración, diciendo: "Adorámoste, Señor Jesu– cristo, en todas las iglesias que hay en todo el mundo, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz, redemiste al mundo." Tamlbién les enseñó a alabar a Dios en todas las cosas, y a servirse de todas las criaturas para elevarse a Dios. Gustaba repetir muchas veces el ver– sículo Gloria Patri et Filio et Spiritu Sancto, porque enardecía e impresionaba dulcemente su corazón. Un día, para dar gracias a Dios por los benefidos rncibidos, lo repitió en todos Jos versículos del Magnificat. Así, pues, exhortaba a sus religiosos a que lo repitiesen con frecuencia. En una ocasión se le presentó un hermano lego, solicitando permiso para dedicarse al estudio; pero conociendo el Santo que aquel deseo procedía de una tentadón, le respondió: "Amado hermano, aprended el Gloria Patri, y sabréis toda la Sagrada Escritura." Obe– deció el religioso y de allí adelante ya no volvió a tener semejante tentación (2). 145. ,De cómo rezaba ,el oficio divino. Acostumbraba el seráfico Patriarca rezar el oficio di– vino con gran ,devoción y con no menor reverencia. A pesar de la .grave enfermedad que padecía, de los ojos · (1) Celano: Vida Segunda!, cap, VII, núm. 99.-San Buenaventura: Leyenda, cap. X (2) Wadding: Obras de San Francisco.-Chalipe: Vida de San Fran• cisco, lib. V, cap. XVIII.

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