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- 146- En el capítulo V de ila Regla, el Santo había dejado .con– signado lo siguiente: "Los frailes, a los cua•les el Señor dió grada· de tra1bajar, trabajen fiel y devotamente, de tal manera que, echa-da fuera la ociosidad, que es ene– migo del alma, no maten el espíritu de oradón, al cual las oír.as .cosas temporales deben servir." Por el primer hecho c:Iaraimente se ve que el Santo Patriarca no es. contrario al estudio, como asimismo por el segundo quiere que sus religiosos trabajen; pero todo esto sin, perjuicio de la oración ( 1). 142. Permanece el Santo abstraído de las criaturas mientras ora. La oración del seráfico Padre es .tan interior, que, ab– sorbiendo lo exterior, elevaba su espíritu a los cielos .. "De esta suerte-dice Tomás de Celano-élirigía GUS aspiraciones y la intensidad de su oración que le unía al Señor, no como quien ora, sino más bi_en como quien todo él se derrite en fervor. Tan absorto y tan abstraído, permanecía cuando oraba, que ya no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, y esto no solamente cuan– do oraba en el convento o en la soledad del bosque, sino también ·cuando viajaba. Era tan alta su contemplación que vivía fuera de sí. Prueba de ello es lo que aconteció– en cierta ocasión en que,. al pasar por e,! Castillo del Santo Sepulcro, población de muchos habitantes, iba montado en su jumentillo a causa de. la debilida:d de su cuerpo, y le salieron las muchedumbres, atraídas hacia él por fa fama de sus virtudes. Detenido por esfas tur-– bas, que, por todas partes le rodeaban y le estrechaban,. parecía insensible a todo, y como si su cuerpo estuviera ya ,exámine, pasaba para él inadvertido cuanto en torno suyo acontecía. Tanto fué así, que, después de haber (1) Wadding presenta 17 Cartas, y según afirma, todas son escritas· por San Francisco, y la que figura en tercer lugar es la dedicada a San Antonio de Pádua. Los PP de Quaracchi dicen en su Apparatus critious,, que es muy dudosa esta carta respecto de la forma. Celano:r afirma que San Francisco escribió a San Antonio,