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- r34 - po su siervo. Y el mismo Señor, con su acostumbrada dignación, me ha respondido:. "Podrás reconocerte mi siervo de verdad, si siempre piensas, hablas y obras san– tamente. Por esto os he llamado, porque ante vosotros quiero que se me reprenda, si alguna vez falto ·a cual– quiera ele estos tres puntos." Así, el bendito Padre con– firmaba con el ejemplo su edificante doctrina ( 1),, 128. Disposiciones que da ,el Santo sobre el trabajo. A fin de que cuantos perteneciesen a su escuela, ja– más. estuviesen ociosos, dejó dispuesto lo si~uiente: "L.os religioso8 que saben trabajar, trabajen y ocúpense en el mismo arte y oficio que saben, sino fuera contra la sa- . lud de su alma, y si con honestidad pueden trabajar, porque dice el profeta: "Porgue comerás de. los traba– "Jos de. tus manos, bienaventurado eres, y siempre te irá bien (Salmo CXXVII, 2). Y el apósto1 dice: "El que no quiere trabajar, no coma (II Tesalonicen, III, 11). Y cada uno en el arte u oficio a que fué llamado perte– nez,ca, y por el traba,io podrán recibir .las cosas nece– sarias, sarlvo dinero. Y cuando fuere necesario, vavan por la limosna, como fos otros pobres; y séailes también lídto tener las herramientas e instrumentos necesarios para su arte." "Todos iJos religiosos procuren ocuparse en .buenas obras, porque está escrito:. ",Siempre haz alguna cosa, "por que el demonio te halle octllpado." Y en otra parte: "La ociosidad es enemiga del alma." (Ec!es., XXXIII, 29.) Y por eso los siervos de Dios siempre se han de ocupar en oración o en alguna obra buena." Asimismo, decía también en otra parte: "Los frailes a los cuales el Señor dió gracia de trabajar, trabajen fiel y devotamente; de manera, que .echada la ociosidad, que es enemiga del alma, no apaguen el espíritu de la santa oración y devoción, al cual todas fas otras cosas deben (1) San Buenaventura: Leyenda, cap. V, nún, 6.-Celano: Vida Se– gunda, Segunda parte~ cap. XXI.

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