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- IJI - Impulsado por este sentimiento, cada vez que encon– traba algún re:Jigioso aficionaido a hablar en demasía, le reprendía con acritud, enseñando a,I propio tieinpo que la modesta y prudente taciturnidad no sólo confrihuve a conservar la pureza del corazón, .sino que es, además, una. gran virtud, pues no en vano se. dice en la Sagrada Escri,tura que la vida y la muerte están en ,poder de la lengua, no tanto por razón del gusto, cuanto por la ex-• cesiva :1ocuaddad. Saipientísima doctrina que tiene por fundamento la divina Escritura, pues en San Mateo se dice que de toda pafab:ra ociosa se habrá de dar cu,enta ' en el juicio de Dios. Y San Jerónimo define la pailabra ociosa dkiendo: "que es aque11a que ni aprnvecha a quien la dke ni a quien ila oye" ( 1). 125. Del religioso vano y hablador. Quería San Francisco que sus religiósos fuesen pru– dentes en hablar y medifasen lo que debían respondér; y así, dice fo siguiente: "Bienaventurado aque1l siervo qúe no habla por la esperanza del galardón y no mani– fiesta todas sus cosas, y no es :ligero y propenso a ha– blar, sino que medita con mucha prudencia las cosas que debe hablar y responder, ¡Ay de aquel religioso que no tiene. en su corazón los dones que el Señor le envía, y no :Jos mu,estra a los demás en sus obras, sino que en sus palabras desea descubrh~los a los hombres, por la esperanza del lucro! Lo tengo por desdichado, porque con esa satisfacción recilbe toda su recompensa, y los que le oyen akanzan. poco fruto." Precioso e interesante es el documento ,que nos da aquí este sapi,enrtísimo maes– tro. Llama biena<Venturado al que es prudente en sus conversaciones y desdi,ciha!do aI que no sabe gobernar, su :Jengua. No hablemos para ir en busca de la ala-– banza, porque con esto ya recibimos la recompensa. Los dones que el Señor nos comunica, quiere el Santo Pa- (1) San Buenaventura: Leyenda, 0 •• cap, V, núm. 6.

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