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- I22 - tantas veces al revés de como te lo he ordenado?" A lo cua,l resipondió fray León: "Amado padre: Dios es tes– tigo de que srempre me he propuesto repetir las pala-. bras que me has indicado, pero el Señor ha puesto otras en mi boca y me ha hecho hatblar según su beneplácito, a pesar de mi resolución." Admiró Francisco la divina conducta; pero, persistiendo en humillarse, dijo a fray León que repitiese una vez a lo menos estas palabras, que pronunció con grandes gemidos: "¡Oh, fray Fran– cisco, miserable hombrecillo! ¿Piensas que Dios usará de misericordia C?ntigo por tantas culpas que has come– tido?" A lo cual respondió fray León: "Sí, Pad)je, Dios Nuestro Salvador usará de misericordia contigo y te concederá gracias singulares. Te exaltará y te glori– ficará eternamente, porque cuailquiera que se humillare, será ensailzado. Perdonadme, Padre, si no digo lo que deseas, y ved que no soy yo .quien habla, es Dios quien habla en mí." Convencido de que era Dios quien ha– blaba por boca de su siervo fray León, emplearon el tiempo restante de Ja noohe hasta la mañana en alabar las misericordias del Señor. Verdaderamente que la te– naz porfía del! Santo en· querer ser humillado a pesar de su inocencia, contrasta con nuestro orgullo y soberbia, a pesar de nuestra maildad ( 1). 116. Quiere ser enterrado en el collado del infierno. Estaba el glorioso Paitriarca gravemente enfermo de la dolencia que había de llevarle al sepulcro, dejando . desconS'olados a sus hijos, ar! quedar privados de la vis– ta y conversación de tan buen Padre. Humilde hasta el momento de la muerte, quiere que la humildad le acom– pañe hasta el·· sepulcro, pues hahiéndosele pregun.tado en qué lugar quería que se le enterrase, respondió: "En eil sitio más vil!, aI pie del collado del infierno, en la parte donde se suele ajusticiar a los malhechores." Era (1) Florecillas, Primera parte, cap. IX.-Wadding: Obras de San Fran– cisc,o: Coloquio 46.

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