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-:- 106 - más espacioso y bello de lo que le permitía !.a pobreza, volvió los ojos a otra parte, y dijo con enfado: "¿_Es .ésta, por ventura, habitación de los pobres del Santo Evangelio? ¿Son estos grandes palacios para los Frai– les Menores? Yo no reconozco esta casa por nuestra, y a los que habitasen aquí no los reconoceré por hijos; por tan:to, mando, aibsolutamente a todos los que quieran conservar el nombre de Frniles Menores, que sailgan cuanto aintes de esa casa y dejen a los ricos del mundo estos edifidos, que son hechos para ellos." Los religio– sos obedederon ·con .tal presteza, que hasta los mismos enfermos, entre los cuales se hallaba fray León, que es quien relata este heciho, fueron sacados en hombros de sus hermanos y colocados a fa intemperie. Allí perma– necieron hasta que; enterado el cardena,l Hugolino, fué en busca del Santo, a quien reconvino, haciénda,Ie pre– sente que era necesario que lo 1 s conv:entos fuesen gran– des, a fin de que los enfermos tu,viesen Jugar y propor– ción ,para restablecerse, y los sanos pudiesen solazarse "En cuanto la propiedad, os aseguro que vuestros reli– giosos no la tienen de ningún modo por estar reservada enteramente a sus fundadores. Si tenéis algún escrú– pufo sobre esto, tened entendido que yo me encargo de todo en nombre de la Santa Igilesiia Romana." No pudo el Santo resistir a las razones ,convincentes del sabio y piadoso protector, y él mismo mandó entrar a los reli– giosos en el convento, dando su permiso para que lo habitasen; ,pero no quiso hoSipeda,rse en él, escogiendo pa:ra su descanso el convento de los. Predicadores, don– de pasó algunos dí.as en compañía de su amigo Santo Domingo. Uno de ,los frailes predikadores le suplicó que iiuese a ver a sus hijos y perdona,r,les el defecto que habían cometido; pero él respondió: "No es conveniente usar de indulgencia, cuando ésta puede ser ocasión de recaer más fáciilmente en la ,culpa. Yo no quiero autori– zar con mi presencia lo que se ha cometido contra la