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- IOO - mad11e, sino que se despojó de todas las cosas: Por esto le íué dado estrecharla en sus brazos, y no demoró un instante querer ser su aidorado esposo. Si tal era la unión moral' que existía entre Francisco y fa pobreza, ya no nos debe extrañar que 1a llame reina, no sólo por– que resplandeció en Jesucristo y en su Madre Santísima, . sino porque se ~leva sobre todas las virtudes morales. "Sabed---,decía a sus discípulos-que la pobreza es el tesoro escondido en el campo del Evangelio, el funda– mento y base de nuestra 011den, el camino particular de la salvación, el sustento de la humHdad, la madre de la negación prnpia, el pr.incipio de la obediencia, la muerte del amor propio, de la va:niidad y de la codicia, la raíz de la perfección, y cuyos frutos son, aunque escondidos, grandes en abunidancia. Es una virtud bajada del cie'lo, que obra en nosotros y nos hace prontos para despre– ciar todo lo que hay digno de desprecio, destruye todos los obstáculos que impiden ail alma unirse perfectamente con su Dios. Ella hace, por medio de la humildad y de la caridad, que las personas qu€:: la aman, se hagan ágHes como espíritus puros y levanten su vuelo al cielo, para conversar .ton los ángeles aunque vivan en la tie– rra. Es un bien tan excelente y div,ino, que vasos tan viles y frágiles como nosotros no merecen contenerla." Con este brillairntísimo elogio, que hace de la pobr,eza, pone bi:en de ma:n.ifiesto, no solamente e.l alto' concepto que de ella tení,a formado, sino también su espíri1tu ( 1). 95. Visión de fray León e interpretación que de ella da el Sarnto. Enfenmo estaba el seráfi:co Padre y servíale como de enfermero fray León, el ,cual, ora:ndo junto al enfermo, fué arrebatado en éxtasis, y vió en espírMu a muchos religiosos de su Orden, que se esforzaban por vadear un río ancho y profundo. Unos iban cargados con grue- (.1). Celano: Vid!' Segunda, cap. II, núm. 55; Obras de San Francisco. Co1ac16n 5.•-Chahpe: V. de S. F., lib. V., cap. XII.

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