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- 97 -- píos respecto de nuestra Reg.la." "¿ Qué deberé hacer ___:preguntó fraiy Pedro~para socorrer las necesidades de los religiosos?" "Despojad, despojad - replkó - el altar de la Sántíisima Virgen; vended todos los orna– mentos que tiene; el Señor os enviará con qué restituir a su. madre lo que nos0;tros empfoás·emos en ejercitar la caridad. Creed, pues, firmemente que la Virgen verá con gusto despojar su alfar, porque no se contravenga el Evangelio de su hijo." Aparte del sublime concepto que el Santo tenía de fa evangéHca pobreza, nos revela este hecho su ilimitada confianza en la divina providencia de que no le había de faltar nada que fuera necesario. T•estimonio de esta asistenda divina la dan todas las comun.Édades pertenecientes a la, unii<versal familia fran– ciscana (1 ). 92. El pan mendi:gado en el convite del cardenal Hurgolino. Era tal el amor que el Santo profesaba a la santa po– breza, que prefería mil véces alimenfarne c.on el pan que mendi:gaiba de puerta .en puerta, que con aquellas limos– nas que espontáneamente le ofrecían. Ocurrió que, ha– biendo ido .a R9ma a solicitar del P,apa la aprobación de la R,egla, fué conV1Ma,do por el cardena,l Hugolino a comer a su mesa, ofrecimiento que el Santo aceptó, por tratars,e de un cardenal que le favorecía cuanto podía, siendo a 1a sazón protector de su naciente Orden.. Antes de ir a comer, fuese el Santo a pedir limosna, y hab,i,en– do mendigado algunos pedazos de pan, se dirigió a casa del cardenaíl. Una vez sentado a la mesa, sacó sus men– drugos y comenzó a comerlos, y repartió entre los de– más convidados, los cua:les comieron de ellos por devo– ción. Concluírda la comida, quejése el cardena,I, juzgan– do poco honroso para él, que habiendo de comer en su ca,sa, hubiese pedido limosna. Cuando hubo terminado (1) Sán Buenaventura: Leycnd,a, cap. VII, núm. 4,-Waddíng: año 1220, núms. 25-26. Fisonomía y espíritu... -7

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