BCCCAP00000000000000000000594

-96- te estaban muy duros y mohosos,. y mostrando por esto una gran alegría, exhortó a su compañero fray Maseo, a que diese gracias a Dios ipor un tesoro tan grande. Como repitiese muchas ·veces lo mismo, a:lzando cada v1ez más la voz,.fray Maseo le dijo: ''¿Pero de qué teso– ro habláis en ocasión que nos faltan tantas cosas?" '"El gran teso110-:--respondió el Sant0-<que hay es que, faltándonos tantas cosas, Dios ha tenido la bondad de prov,eemos de este pan, esta fuenrte, y aun de preparar– nos es:ta piedra, que nos sirve de mesá." Poco después entró el Santo en una Igliesia, donde rogó al Señor se dig,nase conceder a él y a todos sus hijos el amor .a la santa pobreza, lo suiplkó con tanto fervor, que pare– cía arrojar fuego de la cara. Ueno de este celestial ar– dor, se abalanzó con los brazos abiertos a fray Maseo, llamándole en alta voz. Fray Máseo, atónito, arrojóse a 1'os brazos de su Padre, cuando con un soplo suyo se vió eiev;ado en ,el aire, sintiendo una dulzura tan grande en su alma, que confesó después muchas veces no ha– ber eX:pef'imentado ja:más otra semejante (1). 91. Sublime concepto que el Santo tenía de la evan– gélka pobreza. Fray Pedro Ca:táneo, que había sucedido a fray Elías en el cargo de Ministro General de toda la Orden en 1220, viendo que no podía atender a las necesidades de los religiosos que habitaban en el convento de Santa María de fos Angeles, ni a las de aquellos que allí acu– dían, como cabeza de fa Orden, fué de parecer que se podía reservar algo de los bienes de los novicios que entraban en la Orden, para usar de eHo cuando Jo juz– gase necesario e indispensable. Pero antes de tomar ninguna resolución en firme, quiso consultar el caso al Santo, para ver si fo aprobaba o al menos lo permitía. "Lejos, hermano mío-contestó-, muy ,lejos esta espe– de de piedad, que por respetos humanos nos haría im- (1) Chalipe: Vida de San Francisco, lib. II, cap, XXXVIII.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz