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-ro- Bien quisiéramos dar cuenta a los lectores de las muchas belle– zas e interesantes pasajes que contiene, esta preciosa obra, cuya lectura tan grata y espiritual complácencia produce; pero no ·nos atrevemos, ante el temor de dar demasiada extensión a. este pró– logo. Unicamente, haremos mención de algo de lo que en los res- " pectivos capítulos expone el autor· al tratar del ainor de San Fran– cisco a Dios Nuestro Señor, a Jesucristo, a la Eucaristía, a 1a Santísima Virgen, a la evangélica pobreza y a la humildad. Dice a este propósito : "San Francisco es el hombre católii::o y apostólico por excelen-, cía en su firme adhesión a la· Silla Apostólica, maestra de la ver– dad y depositaria de la revelación; y quiere que sus hijos todos obedezcan rendidamente a los mandatos de la Iglesia; Fué su más ardiente deseo que la luz de la fe brillase en todo el mundo, lo que procuró con tal celo, que llegó a ser un verdadero apóstol, dedicándose con amorosa solicitud a la predicación en 'Italia, en Francia, en España, en Oriente. Su acendrado amor a Dios le ha– cía clamar sin cesar: "Dias mío y tocias· mis. cosas" ; por todas partes buscaba al amado de su corazó1i y consideraba la grandeza del criador cuando contemplaba sus criaturas." Cap. I. "Era ·tan tierno su amor y devoción a la Sagrada Eucaristía, que cuando la consideraba, quedaba como fuera de sí, y después de la Sagrada Comunión veíasele como embriagad,o espiritualmen– te y arrebatado en éxtasis." Cap. II . "La meditación de la pasión de Cristo arrancaba profundos súspiros a su corazó~, deshaciéndose en torrentes de lágrimas, y sus ojos, de tanto llorar, estaban tan encendidos, que parecían en– sangrentados y deseaba padecer para imitar a Nuestro Señor en su pasión. Efecto de esta meditación fué la impresión en su cuer– po de las Sagrada Llagas, quedando transformado en Alter Chris– tus." Cap. III. "Singularísimo era también el gran amor de San Francisco a l.a Santísima Virgen y en ella tenía puesta toda su confianza, transmitiéndoselo también a su Orden, pues, como consecuenciá del acuerdo tomado en el Capítulo general celebrado en I2I9, todos los sábados se celebra en los conventos franciscanos una Misa en

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