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-82 - un jo'Ven, solicitando ser admitido en la Orden, y eI Santo le contestó: "Si quieres ser contado con ~os po– bres de Cristo, distribrnye entre los pobres del mundo• todo cuanto tienes." Al oír esto el joven marchó a su casa, y llevado de un amor e}Qcesivo a sus parientes, distribuyó entre ellos todos sus bienes, sin dar cosa alguna a los pobres. Habiendo hecho esto, vo,lvió el joven y refirió a Francisco lo que había htoho; mas el Santo le increpó severamente, dkiéndole: "Anda en pazr fray Mosoa, porque todavía no supiste safü ae tu casa, ni de tu parentela. Repartiste tus bienes entre tus pa– rientes y defraudaste a los pobres; no eres, por tanto,. digno de vivir entre los pobres evangélicos. Ha,s prin– cipia.ido por espíritu de carne, colocando así la fábrica espiritual sobre un ruinoso fundamento." Tal era la es– tima que el Santo hada de los pobr,es y de la pobre-– za (1). (1) San Buenaventura: Leyenda, cap. VII, núm. 3.

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