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- 9..,- creciendo y propagándose por todas las na– ciones cristianas, entre todas la.s. clases sociales,· floreciendo con el espfritu de P.enitencia la pureza de las .costumbres. Asimismo, la Orden Franciscana se. dedicó con gran fervor y 'empeño a la conversión de los infieles por medio de las misiones, que empezando .en los primeros días. de la Porcitíncula. llegan sin interrupción a !,os presentes. En la Tierra Santa guarda y conser~ va para la .cristiandad los Santos Lugares ; en Marruecos, las mi– siones. se han perpetuado en los frandscanos españoles como una tradición y como un legado de la Orden y de la Patria y han reali– zado y realizan una labor de grán influencia, y en Espaíía tiene sus más puras glorias en el descubrimiento de América. El. R. P. Capuchino Eugenio de Válencia, autor de esta obra, ha llevado a cabo, evidentemente, de una manera amplia, la tarea que se proponía realizar,. cumpliéndose sus deseos de que sea co– nocida en todos sus detalles la obra del Serafín Llagado, pues su .. plan es completo y abarca en toda su extensión el cuadro entero . de la vida de San Fráncisco. Tomando como base la Vida Primerp y Vida .Segunda de To– más Celano, las Leyendas de los Tres Compañeros, de Juliá'n de Spira y de San Buen,aventura, el Anónimo Perusino, el Sp·eculum Perfectionis, las Florecillas, etc., etc., y teniendo también a la vis• ta las biogl'.afías del S~nto, escritas por autores de gran nota, va· delineando, ,en los treinta capítulos en que divide la obra, con gran' erudición, en lenguaje claro y preciso, ~on sencillo estilo y g;an • animación y colorido, la fisonomía y espíritu diel Patriarca de. Asís por orden de virtudes, a saber : su amor a Dios, .a la·. Eucaristía; a la Pasión de Cristo; su devoción a la. Santísima Virgen, a los ángeles y a .los santos; su fe y su esperanza en Dios; su celo. por: la gloria .del Señor y la salvación de la.s almas; su veneración al sacerdote; su amor a los leprosos, a los pobres, al ,pr6jimo, a la pobreza, .a la humildad, a. la austeridad, a la obediencia, a la ora– ción, a la prudencia, al buen ejemplo, .a la paciencia, etc.; su celo. por la conversión de fos pecadores; últimamente, su espíritu de profecía y el don de milagrqs, terminando con su labor litera1·ia; el amor a las criaturas irra~ionales y sus bendiciones.

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