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- 8I _; entristecerle, se hizo lo que ordenaba; pero los ·religio– sos se preocupaban mucho, porque no sabían cómo po– drían proporcionanle otro manto y aun túnica, pues tam– bién J.a haibía dado a otro pobre. Dios premió eiJ des– prenrdimiento del Santo, porque mientras los religiosos pensaban cómo le proveerían de túnica y manto, lleva– ron al convento una porción de paño, unos señores de la Corte de Rom~, que se hallaban allí, pa 1 ra que se vis– ,tiesen los religiosos del convento. Esta providencia di– vinia continuamente se repite en nuestras casais, dando Dios el ciento por uno ( 1). 74. Da de limosna a .una anciana dos mantos. Hallándose el Santo en Celano en tiempo de riguroso inviemo, se le presentó una anciana pidiendo una limos– na. Como debía ir medio desnuda, el Santo le hizo en– trega de su manto para que con él se cubriese, dicién– dole: "Vete y hazte un vestido, que bien lo necesitas." Marchóse aJ.eegre y contenta la pobre i1mjer, pero viendo que no tenía bastante tela con ,la que se le había dado, segura de obtener toda la necesaria, volvió al Santo a pedírse.la . Fijó el Santo su mirada en el compañero, y 1e dijo: "¿ Oyes lo que esta pobrecilla manifiiesta? To– Ieremos el crudo frío por amor de Dios y entrega a esta pobre mendi,ga el manto para que comp¡lete su vestido." Como el Santo dió su manto, el compañero también se desprendió de él, y así quedó socorrida la indiigente (2)· 75. Enseña el Santo cómo han de distribuir sus bie– nes los que vienen a la Orden. Quería nues-tro Santo que el ingreso en la religión 1comenzarse por a,quella máxima dele Evangelio: "Si quie– res ser perfecto, anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres." San Mateo, XIX, 21.) Sin el cumplimiento de esta máxima ~ nadie admi,tía a la Orden. Aconteció un ,día que, hallándose en la Marca de Ancona, se le acercó (1) Celano: Vid,• Segunda, cap. VI, núm.. 92.-Wadding; ChalipP., (2) Celano: Vida Segunda, cap. VI•, núm. 86. Fisonomía y espírítn...-6

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