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-79- muerte de su esposa y relaitando la gran necesidad en que se hallaban .él y su familia; compadecido con el rdato de aquéllas desgradas y deseando remediarlas abundamtemente, díjole al ,poibre: "Te enfr.ego es,te man– ,to por amor de Dios, con esta condición: que a nadie s,e fo vendas si. no te lo paga con creces." Al enterarse los religiosos, luego trataron de recuperar el manto,, pero el pobre, defendiéndolo como cosa propia, prome– tió no darlo, sino Je daban todo su valor. Como se tra– taba de un manto nuevo, los religiosos diéronle eJ, pre– cio equivailentc:, con lo cual el pobre quedó bien soco.:. rrido (1). 71. Escrúpulos del Santo ante la miseria ajena. Regresaba el Santo de la ciudad de. Sena, cuando se l:e pres,entó un pobre andrajoso. Al verlo el San:to, mo– vióse a compasión y dijo a su compañero: "Es preciso que devolvamos eJ manto a este pobre, puesto qU:e es suyo. Nosotros lo. hem.os recibido prestado .hasta tanto diétamos con otro más pobre que nosotros." Pero el compañero, considerando la gran necesidad del piadoso Padre, se. opuso tenazmente a que s.e le diese al po:br,e,, despreciándose a sí mismo. A lo cuail replicó el Santo: "Reo de hurto me consideraría deilante de Dios, dador de todos los bienes, si no diese este manto a quien lo necesita más que yo." Cedió aquéil y enfregó el manto. Era tal su compasión por los pobr:es, que siempre que· .le dabian algo para la cons,ervadón de su vida, pedía. permiso ,para darlo a los pobres más indigentes que ét Con ta:I de socorrer a los pobres, no .· perdonaba cona alguna, ni los mantos, ni las túniicas, ni lo,s libros, ni siquiera los ornamentos sagrados (2). 72. Ordena se dé de ,limosna el ,prüner Nuevo Tes– tamento que hubo en la Orden. Hallábase San Francisco en Santa María de los An- (1) Celano: Vida Segunda, cap. VI, núm. 88. (2) San Buenaventura: Leyenda,, cap, VIII, núm. 5.-Ce]ano: Vid@: Segunda., cap. VI, núm. 89.