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- 74- clase de remedios. Lleno de. confianza, se presentó ante Francisco deseando besarle los pies; pero el Santo no fo consintió, antes bien, lleno. de humildad y de gran caridad, 'le b_esó el rostro, y de este modo sanó en se– guida. No sé-dice San Buenaventura-, cuál de las dos cosas se debe admirar más, si un beso semejante, o -solamente tal ouración." ( 1}. 63. El soldado de Qubio enfermero de los J.eprosos. Hallándose el Santo en la dudad de Qubio, se le presentó un soldado, llamado Bienvenido, solicitando ser admWrdo en su Orden, af cual a!dmitió el Santo. en calidad de Hermano Lego y con la condición de que se había de dedi1car al ,cui,da,do de los leproso-s. En cum– plimi.ento del encargo del Fundador, pasó este religioso gran parte de su vida dedicado al cuidado de •los lepro– sos, practicando una fervorosa caridad, un amor extra– ordinario al silencio y a la pobreza, y, sobre todo, un aicendrado amor al Sa,ntísimo Sacramento. Así, con las instrucciones _de San Francisco, el soldado se trocó en un santo religfoso (2). 64. El amor a los leprosos es _la piedra de toque para probar -las vocaciones. Fué siempre intención del Santo que aquellos religio– sos que no tenían estudios ni disposición para predicar, s·e empleasen en servir a sus hermanos y fuesen a los hospitales a servir a los leproso,s, mostrándose no me– nos humildes' que caritativos. Por esto les llevaba a.ellos y era ,el :primero en asear las camas de los enfermos, curarJ.es sus lla-gas, lavarla,s y besarlas. Cuando pretendían algunos entrar en la Orden, les ad:v,ertía que habían de asistir a los leprosos; muchas veces hacía fa prueba en este particular, y a los que no se resolví.an a ejercitar estos oficios de caridad, los. des– pedía; y, por el contrario, abrazaba con ternura a los (1) Leyenda Mayor. (2) Murió en 1222, y Gregario IX, después de las informaciones ju– rídicas, permitió su culto en varias diócesis de Italia.

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