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"'--:' 8 _; Eh estas circunstandas, la influen~ia q11e San Francisco ejerció en la. evolución religioso-social d.e la historia de la humanidad fué extraordinaria. La esencia de su santidad y el secreto d~ toda su vida son uria imitáción sincera e intensa de. Cristo Señor. Nuestro; y su Orden entraña una verdadera i;enovació11 del espíritu cristia- 119 según las normas de.1 Evangelio aprendidas .dentro de la fe ab– soluta, de las enseñanzas infalibles y de. la autoridad de la Igle– sia. Pero ·su doctrina¡ no se· limita únicamente al orden religioso . y moral, sino que se, extiende a todas. las manifestaciones de la vi– da social. La o.rator.ia sagrada, la poesía vulgar, las bellas artés, la. filosofía mística renacen y se transforman en él. Con la fundación de su ·Orden, at.endió San Francisco maravi~ llosamente a la santificación d.el individuo en el claustro, hasta tal puntó, que los .primeros hombres de la Porciúncula fueron todos .ele notable santidad y a muchos .los veneramos .en fos ·altares, y ·aun en los tiempos más difíciles y azarosos no han faltado san– tos a la Orden. · 'I:ambién acudió San Francisco a la reforma de las costum– bres en la sociedad, adoptando para la predicación la lengua vul~ gar y· 1as formas populares, suprimiemio los alardes eruditos, usan– do de la mayor senciHez y valiéndose de parábolas y ejemplos cuyo sentido tan fácilmente ·~omprende el pueblo. Pero, sobre todo, transformó la. sociedad con la institución de la Venerable Orden T.ercera de Penitencia, forma y estado. ele vida derivada de l.a re~ ligiosa, aprobada por la Iglesia; a la que pueden pertenecer los cristianos ,de todas fas condiciones y estados, que deseen vivir en el mundo conforme al espíritu y normas. del .Evangelio. Ella puso los cimientos de una sociedad nueva (I), esto es, radicalmente trans– formada conforme al espíritu del Evang,clio, conteniendo su regla todas las normas de vida pública y privada, merced a las cuales; no sólo. se convertía la sociedad_civil en cierta alianza fraternal fundada eÍ1 los deberes de santidad, sino que también amparaba y defendía el derecho de los pobres· y de los débiles contra lds ricos y poderosos sin detrimento del orden y de la justicia. Tan admira- (r) Encíclica Rite e.1:piatis ya mencionada.

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