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area. Al cabo ele cuarenta dfas ees6 la lluvia. Luego Noe envi6 la pa– loma porque no le volvi6 el euervo. Volvi6 al area la paloma tenien– do en ei pico un ramo ele olivo. Entonces eonoeieron todos que ha– bian bajado las aguas. Cuando vio Noe que vueltas las aguaR a su lu– gar, sc habia secado la ticrra, sali6 con su mujer y los tres hijos al ai'io desde que habia entrado. Sac6 consigo todos los vivientes del ai.re y de la ti.erra y se extendieron por el rnundo cada uno a su ma– nera. D.ios aproh6 la ofrenda de Noe y dijo a<lenub que no maldeci- 1-fa al mundo de nuevo por las rnaldades de Jos hombres: que rnien– tras el mundo sea mundo se sucederfan el frfo y el calor, el verano y et invierno, ei elia y la noehe. Finalmente, para que viviesen sin mie– do de ver otra vez la terrible destrucci6n que habian pasado aquellas ocho personas que habian quedado vivas en la primera, dijo Dios quc no cnviaifa a la tierra mas diluvios. Y por testimonio de su palabra pt1so ei arco-iris, dieiendo: Cuando ei firmatnento se euhriere de nubes aparecera el arco-iris, y entonees me acordar6 de la aliam:a qm, he hccho con vosotros. 72. - ITZULGAI A (Crmrnitica, pag. 2:36) Dios so acuerda siemprc de la alianza <1ue ha heeho con los hom– hres. Despues de la lluvia aparecc en el [irmamento el areo iris eomo recuenlo de la pala.bra de Dios. Cnanclo salieron del area las ocho personas que cn ella habian estado encontraron la tierra seea. No vol– vio el cuervo porquc cncontr6 sitio dondc poner Jos pies; la paloma, eit carnbio, se volvi6. Cubriose en seguida el cielo de nuhes y no se veia el eamino. Fueronse como unas dicz personas sin t:emor de ver enemigos. No vendra de nuevo sobrc !os homhres el diluvio porque asi lo ha promctido el Senor. Apareei6 de entre las m1hes una clari– dad que iluminaba el carnino. Encendimos la lnz para que salieseis de Jas tinieblas. Al cabo de quince dfos salicrou de la ciudad todas las personas que le habian seguido. Se nos olvid6 ir a la easa en que vivian los amigos; por eso tnvi.1110s quc salir de aquel pneblo sin ver los animales que alH se erian. Se le cubri6 por completo la cara eon Jfi .sangre que le habia salido de !as heridas. La maldnd de aqnellos J,()ml,rns le era a Dios de todo punto insnfrible. 73
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