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82 desequilibrios, las injusticias, los males de todas clases que torturan a individuos, familias y pueblos, haciéndonos a ve– ces pesada y asqueante la vida? ¿Porqué lo permite Dios? ¿No le parece, R. P. que habría muchas cosas que corregir en el mundo y que no estaba muy lejos de la verdad aquel fabrican– te de aleluyas, que dijo: ¡Oh Desconocido! ¡Oh Extraterrenal! O no nos gobiernas, o lo haces muy mal? Voy, .pues, a ver si hago un poco de luz en su cerebro sobre esa cuestión de la Providencia y Gobierno de Dios en el mundo, tan mal comprendida por amigos y adversarios. Hemos visto ya que hay en el Universo un orden admira– ble impuesto por Dios y que este ordert supone necesaria– mente no solo una inteligencia si que también un fin; es de– cir,. que el Universo tiene en su conjunto una finalidad, a la cual tiende mediante el orden. Que así definió Sto. Tomás la Providencia: «Ratio ordinis rerum in finem inDeo existens», * No me pregunte cual sea esa finalidad, porque lo ignoramos, ya que ni El nos lo ha dicho, ni nosotros podemos penetrar en los secretos de su mente. Pero es tan evidente que:1a hay, que Séneca, el gran filósofo español del paganismo, la adivi– nó cuando dijo: «Ars aeterna cuneta temperantis Dei» Ar– te eterna de Dios, reguladora de todas las cosas. Que es lo mismo que nos dice Ruiz aguilera. ...todo, la idea, el hecho, Lo que habla, lo que canta, lo que llora De tierra, cielo y mar en las regiones; La razón, el instinto, las pasiones Que ennoblecen al ser o lo degradan; El errante cometa despeñado . De las celestes cumbres, la hoja seca, * El plan existente en la mente. de Dios y por el cual el Universo ,camina ordenadamente a su fin.
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