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64 nos puede tener sin cuidado a los hombres y nos permite vi– vir perfectamente, como si no existiera. Y créame, mi queri– do amigo, este fenómeno del pensamiento moderno, esta teo– ría de un Dios Impersonal es el esfuerzo más hábil que ha hecho el ateismo para obscurecer la idea luminosa de Dios; es el asalto más cínico llevado contra Dios para destronarlo. Y desgraciadamente lo ha conseguido en muchos que se las echan de intelectuales y para los cuales siendo Dios todo, re– sulta que no es náda. Yno, eso no puede ser. Porque si Dios, como hemos vis– to, es el Ser Necesario que tiene en sí mismo la razón de su existencia, el Ser que no depende de otro, debe ser eterno, siempre ha existido y siempre existirá. El tiempo y el espácio no cuentan para El. Y si es Eterno ha de ser libre, ya que no hay nada fuera de El que pueda coartar su actividad. Y por lo mismo tiene que ser Infinito, es decir, sin nada que lo limite y al mismo tiempo Inmutable, ya que mudarse implica perder algo que se tiene o adquirir algo que no se tiene. Y ese Ser que es independiente, porque siendo necesario de nadie ne– cesita, y es Consciente, porque en todas sus obras se ve el paso de una inteligencia soberana, que por eso cantó Dante Ció che non muore e ció che puó morire, Non é che lo splendor de aquella'0idea Che partorisce amando il nostro Sire; (1) es al mismo tiempo inmaterial, porque siendo la materia esen– cialmente mensurable, es también límitada y Dios según he– mos dicho es infinito. .Pues bien, mi buen amigo, ese Dios que es algo real, in– divisible, libre ~ inteligente, tiene que ser un Dios personal, un Dios consciente de Sí mismo y libre de sus actos. Es el concepto que nosotros tenemos de persona y que al aplicarlo a Dios lo hacemos de una manera transcendente, sublimándo- (1} Lo que muere y lo que no muere, no es sino el resplandor de la idea que, al amar, brota de nuestro Señor.