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48 Pero ya que su amigo quiere Santos con mayúscula, ¿cree que un San Agustín y un Santo Tomás y un San Buenaven– tura y muchos otros escribieron solo de Teología? Escribie– ron también de filosofía, de Sociología, de Política, de Astro– nomía, de Matemáticas de Historia, de Geografía, de ciencias físicas y naturales, almacenando en sus cerebros los escasos conocimientos que la humanidad poseía entonces en esas ma– terias J apesar de la prevención con que se las miraba, pues no debe ignorar que al franciscano Rogerio Bacón se le acu– só de magia, por haberse adelantado de varios siglos a todas nuestras grandes conquistas científicas. Y ¿no recuerda al español San Isidoro? Este Santo desarro– lla su actividad ~n las siguientes obras, que no son precisa– mente de teología. Escribió dos libros de «Sinónimos»; uno de «Aritmética»; otro sobre «La naturaleza de las cosas», y además sus famosas «Etimologías» que vienen a ser una especie de enciclopedia de todos los conocimientos humanos que poseía el mundo. Pero sobre todo recuerde que él fué el iniciador de aquellas célebres «Escuelas Isidorianas» que tanto nombre habían de alcanzar en Europa con su « Trivium» y « Quatrivium», y que Carlo Ma:gno imitó más tarde en Aquisgrán al fundar su Escuela Palatina. Y fundados por Santos, con mayúscula, son los Jesui– tas y los Escolapios y los Hermanos de la Doctrina Cristiana y los Maristas, entre los cuales hay mucho sabio por su cien– cia y mucho santo por su virtud. ¿Cree su amigo que los Fun– dadores iban a orientar la actividad de sus religiosos hacia la ciencia, si estuviera en oposición con la santidad? ¿Y no se ha enterado de que no hace todavía muchos meses se ha introdu– cido en la Congregación Romana la causa de beatificación de uno de los Profesores más conspicuos de las Universidades de Italia? En fin, que no .sé cómo miran Vds, estas cosas para ver esos conflictos. Porque ¿qué es santidad?Amar.. Y ¿qué es ciencia? Saber. ¿Hay alguna oposición entre saber y amar?