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18 de mediana pluma y labio, que se quiso hacer el sabio y murió siendo ignorante. Y termino con este argumento. Si dos negaciones se her– manan tan íntimamente que pocas veces se les ve separadas, es señal de que las afirmaciones a que corresponden, deben tener al menos, muchos puntos <le contacto. Más claro. Si dos medias al revés coinciden, coincidirán también al derecho. Ahora bien, si la ignorancia y la incredulidad, que son dos negaciones se juntan y coinciden con tanta frecuencia, es se– ñal de que sus afirmaciones correspondientes, esto es, la cien– cia y la fe, también se hermanarán. Pero ya sé yo que, a pe– .sar de todos los argumentos de razón y de historia que pue– dan aducirse, los incrédulos siguen tan orondos y satisfechos, repitiendo impertérritos con las brujas de Macbeth: « Fair is foul and fouJ is fair» (1) lo que viene a demostrar que la ignorancia no es, ni el único, ni el mayor factor de la incredulidad. ¡Ah, mi querido amigo! Si el hombre fuera más racional y por Jo tanto más humilde, para confesar que lo que sabe es una gota y lo que le falta un Océano y que aun en esa gota, que cree conocer, son muchos los actos de fe cienÜfica que tiene que realizar, a causa de las obscuridades que hay en ella; si el hombre fuera más sincero y por lo tanto más inde– pendiente, quiero decir, si muchos que hablan y escriben y ,enseñan no necesitaran tomar ciertas aptitudes, exigidas por ,el ambiente en que actúan, para sostener su posición social y la falsa aureola de su nombre; si muchos que Vd. y yo cono– cemos, tuvieran un alma transparente y un corazón tranquilo y .una vida sin tacha, entonces vería cómo la ciencia y la fe pue– den y deben abrazarse, como estoy seguro nos hemos de en– tender Vd., representante de la ciencia y yo, humilde pero convencido representante de la fe .. (1) Lo hermoso es feo y lo feo es hermoso.