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230 dones. ¡Cuán cierto es que las venganzas del odio, como los ~goismos de la pasión, sbn ciegos de nacimiento! Que Dios les haga ver la tremenda responsabilidad que están contra– yendo ante Dios y ante la Historia. Por hoy, voy a contentarme con esclarecer los dos pun– tos que Vd. me señala en la suya, pues ante todo y sobre todo deseo que mis ideas se adapten por completo a las enseñan– zas dogmáticas y morales de la Iglesia, fuera de la cual ni hay luz, ni hay salvación para las almas. Por eso la exactitud y claridad de las ideas es de capital importancia en esta clase de cuestiones. Me dice Vd. en la suya que al releer la serie de cartas que le he escrito y cuyos originales le he mandado antes de darlos a la imprenta, ha encontrado algunas frases oscuras o inexactas que le parece no estaría demás el aclarar, a fin de que no induzcan a error a los incautos. Así al final de la Car– ta sexta en la página 49 al rebatir la objeción que se me hizo preguntándome por qué son tan pocos los Sabios-santos y los Santos-sabios, digo que esto, aparte de otras razones que in– sinúo, consiste en que «ciencia y santidad es cuestión de es– pecialistas, que enfocan sus esfuerzos en distinta dirección.» Esta solución, diceVd., peca de naturalista, pues parece que hace depender la santidad de solo el esfuerzo humano, cuando es bien sabido que es efecto principalísimo de la gracia. Tiene Vd. razón, mi querido amigo. En la obra de nuestra santificación es incuestionable que intervienen dos factores, no de igual valor, pero sí igualmente necesarios. La gracia de Dios por un lado y nuestro esfuerzo o cooperación por otro. Cierto que nada podernos sin la gracia divina en orden a la santidad, porque siendo esta una realidad sobrenatural, ne– cesita de una cuusa también sobrenatural, que no puede encon– trarse en el hombre y a esto principalmente aludía Jesucristo al decir: «Sine me nihil potestis /acere,» nada podéis hacer sin mí; pero cierto también, que ese factor sobrenatural, que es la gracia, exige como condición indispensable y necesaria pa-

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