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161 ¿Quién será capaz de seguir los caminos que lleva ese– polvo? ¿Quién capaz de reunirlo?» ¿Quien? Dios, m.i querido amigo. Dios, que si no tuvo, dificultad para sacar_ al hombre de la nada, mucho menos la ha de tener para rehacerlo. Si .nada se pierde ni se aniquila en la naturaleza,. en la naturaleza se ha d,e encontrar el polvo de las generaciones que d.e la tierra salen, de la tierra se ali– mentan .y a la tierra vuelven y por lo tanto en la tierra están., Podrá esconderse•a nuestra vista, peró .no se esconde a la· de. Dios, al cual,' para reunirlo, le bastará dar un silbido, como silba el pastor para congregar su rebaño disperso. 2. 0 -«Pero ¿es que habrá en la tierra materia suficiente para dar a cada alma un cuerpo? Fíjese R. P. en los. millones y millones de hombres que han pasado por el mundo y que entre nosotros, como en las casas de los pobres, el vestido que dejan unos, lo aprovechan los demás. Ya lo_ha dicho Ruiz Aguilera: Fasa la forma, la substancia queda. Y en manos del Artífice divino Que sabiamente la modela, cubre La desnudez de nuevas generaciones. ¡Quién sabe, si al hacer el teparto de cuerpos, va a re– sultar que no llegan: para todos!» Aunqué no sé si me habla en serio, ya que eso m;:'is que objeción parece un chiste de mal gusto, voy a conte&h¡rle con un cálculo sencillo, que bien podía Vd. habérselo hecho an, tes de escribir lo que antecede; Sabe Vd., mi:amigo, que-la superficie de sólo· los éontinentes de la tierra es de unos. 144 millones de kmos. cuadrados o s_ea J44 billones de metro_s idem., que se convierten en cúbicos, si tomamos esa l,Uperfi– cie a un metro tan sólo de profundidad. Note que me coloco en el peor de los casos. Dando a ese volumen una densidad media de 3 kgs. pot metro, tendremos a nuestra disposición 432 billones de kilos, para repartirlos entre todos los hom– bres que .han_ pasado has.ta hoy por la tierra. _Pero ¿cuántos

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