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156 -en su «Breviloquium»: «Affliguntur anima? in Purgatorio minas graviter quam in inferno et gravius quam in hoc mundo, non tamen ita graviter quin semper sperent et sciant se in inferno non esse. Lo que puesto en romance quiere decir que las almas sufren en el purgatoriÓ menos que en el infierno y más que en este mundo, pero nunca tanto que pierdan la esperanza de salir de allí y no se den cuenta de que no están en el infierno. No sé qué más decirle, mi buen amigo, de esta verdad tan racional tan clara, tan justa y sobre todo tan consoladora _para los que se van y para los que se quedan. ¡Qué horizon– tes tan grandes nos abre a la esperanza y cómo nos asegura acerca del porvenir de los seres queridos que nos precedieron en el paso transitorio por el mundo! Con cuánta probabilidad, gracias a esta verdad, hija de la Justicia y el Amor de Dios, podemos esclamar al recordarlo: ¡Tal vez sufren, pero se han salvado! Y si a ésto añadimos el pensamiento tal vez más con– solador todavía de que, por la comunión y fraternidad que existe entre las almas del cielo, las de la tierra y las del pur– gatorio, que forman la gran familia humana, podemos con nues– tras oraciones, sacrificios y sufragios, disminuir sus sufrimien– tos, acelerar su purificación y adelantar el momento de su en– trada en la eternidad feliz, comprenderá toda la ternura que encierra esta verdad que sólo los que han obscurecido su in– teligencia y endurecido su corazón pueden negarla. Queda de Vd. affmo. amigo y s. s.