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153 lugares definitivos? No. Hay una infinidad de estados de al– mas intermedio. Como dice Hase, uno de los protestantes que admiten et Purgatorio, «ta mayor parte de los que mueren son demasiado matos para ir directamente al cielo o demasiado buenos para ir al infierno.» Porque ¿quién es el hombre, por bueno y santo que sea, que al atrevesar el mundo, no se ha manchado más- o menos con el polvo de su peregrinación? ¿Quién es capaz, sin que con esto admita~os las doctrinas deterministas de la escuela de Lombroso, de calcular, aun en los que llamamos grandes pecadores, el grado de responsa– bilidad y por lo tanto de culpabilidad que encierran sus actos, sabiendo como sabemos lo débil de nuestra razón, lo fuerte de las pasiones, el atractivo del mal, cosas todas que obscu– recen la inteligencia y debilitan la voluntad del hombre y que tan difícil hacen en la práctica la aplicación de esas ciencias de la Moral, et Derecho penal y la distribución de la justicia en los Tribunales? Si yo le hiciera a Vd. esta pi-egunta atrevida;-Su difun– ta madre ¿era buena como un ángel o mala como un demo– nio?-Seguramente que Vd. me contestaría:-«Mi madre eta buena, muy buena pero... » En ese «pero» mi amigo, está escondida la necesidad delPulgatorio. Esos «peros» son los que forman un estado intermedio entre el bien y el mal ab– solutos, y todos tenemos algún «perQ)> en nuestra vida. Esos miles de sacerdotes, de religiosos, de seglares, que mueren, después de haber llevado una vida santa, aunque no exenta de pequeñas faltas y negligencias; esos miles de pe– cadores arrepentidos y perdonados, que salen de este mundo sin haber satisfecho del todo la pena debida a sus pecados; esos miles de almas a las que Djos, en un supremo esfuerzo de su amor, arrartca un acto de arrepentimiento en la última hora"y salen deudoras todavía ele la divina Justicia ¿me querrá Vd. decir qué va a hacer Dios' de todo ese ejército de almas, no tan limpias como para entrar de inmediato en el cielo, pero que están muy lejos de merecer el infierno? ¿No comprende