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152 nish:rio sagrado que ejerce. No hace sino vivir del altar, como todo hijo de vecino vive del oficio que ejerce. El sacerdote también es hombre y tiene sus necesidades, mayores de las que muchos piensan y a las cuales tiene que acudir con los exiguos haberes que percbe, sujetqs a tarifas bien determi– nadas por los Superiores y generalmente deficientes. Pero en fin, en ésta como en otras muchas cosas la ignorancia es muy atrevida y los que más gritan son los que más debieran callar por ser los que menos dan. Dejando pues, a un lado estas tonterías faltas de seriedad, voy a demostrarle el argumento de razón en que nos apoya– mos para admitir la existencia de es~ lugar de expiación, que se llama Purgatorio y en el que se encuentran, como dice la «Divina Comedia» ................ .color che son contenti Nel fuoco, perche speran di venere, Quando che sia, alle beate genti. (1) He aquí el argumento. Si existe Dios, existe el Purgato– rio y si el Purgatorio no existe, tampoco existe Dios. Es así que existe Dios. Luego ..... Este argumento que así enunciado suena como un sofis– ma y parece una exageración, pues se diría que hace depen– der la existencia de Dios de la existencia del Purgatorio, es no obstante de una lógica aplastante cuando se coloca a la Justicia divina frente al problema que plantean los diferentes estados en que se encuentran las almas al salir de este mundo .. Sabemos ya que las almas íntegramente puras tienen por ., premio inmediato el cielo; las almas que salen del mundo obs– tinadas en el mal tienen su castigo en el infierno. Pero ¿es que morimos todos en el bien absoluto o en el mal absoluto para ser dignos de entrar inmediatamente en uno de esos dos (1) .Los que están contentos en el fuego, porqÚe tiene esperanza de llegar algun día a vivir entre los bienaventurados.

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