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146 amor infinito de Dios! Y ¿puede Vd. conciliar la vida inmo– ral, rebelde, acanallada de muchos y el desprecio consciente y voluntario con que se burlan de lo más santo y sagrado, con la Justicia también infinita de Dios? Cierto que Dios es amor, pero así como se arroja a :a basura una fruta podrida por mu– cho que nos guste, así como una madre saca de casa el cadá– ver de su hijo por mucho que le ame, así Dios, a pesar de su amor, separa de sí las almas que por sus abusos de la libertad quedaron en estado incurable después de la muerte. Dios es amor, es verdad. Pero ¿ha pensado Vd. aÍguna vez en.lo que es un amor infinito ultrajado, ofendido, .despreciado, traicio– nado a sangre fría, a pesar de todos los llamamientos, de to– dos los avisos, de todos los beneficios? El amor lo perdona to– dojmenos el no ser correspondido, y el pecador. no ha querido amarle y ésto libremente, conscientemente.. Si hay algo con· lo que no se puede jugar es con el amor y sobre todo con el primer amor. Por eso Dante pone al amor de Dios entre los cuatro arquitectos que han fabricado et infierno. Giustizia mosse il mio alto fattore, Fecemi la divina potestate La somma sapienza, il primo amare (1) Con lo dicho tiene Vd, mi querido amigo, más que sufi– ciente para darse cuenta de las graves razones que afirman la existencia del infierno, a lo cual he de afíadir algo para de– mostrarle que ese infierno es también eterno; no tendrá fin. Fíjese en cómo toda la antigüedad pagana creyó insepa– rables el infierno y su eternidad. El hígado del infeliz Ticio que se reproduce sin cesar a medida qué el buitre lo devora; et no poder llegar jamás Sísifo a la cumbre de la montafía con su pefíasco, porque siempre se le cae; el vaciarse e.1 pozo de Tántalo cada vez que el agua le llega a los labios, todo esto no son sino figuras que simbolizan la eternidad de las penas. (1) La Justicia movió a mi gran Hacedor; fabricáronme la divina Om– nipotencia, la más alta Sabiduría y el primer Amor.