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120 arena, luego el agua, y flotando las yerbas y hojas. Es lo que sucede en las sociedades, cuando se las somete a un medio brusco como lo es la revolución social. Lo que ha pasado en Rusia debe ser para los pueblos una lección tan dolorosa co– mo instructiva. No valía la pena de derramar tantas lágrimas y tanta sangre, de perturbar el orden, la paz y sobre todo la Religión de un pueblo, para volver después a lo mismo, pero con la vergonzosa diferencia de haber retrogradado dos o tres siglos en el camino de la civilización. Desengáñese, mi que– rido amigo. La igualdad que tanto se predica a las clases tra– bajadoras, filosóficamente es un error; socialmente es imposi– ble y un fracaso, y desde el punto de vista político no es sino un banderín de enganche que los vividores y exploradores del pueblo agitan en ciertos momentos difíciles de las naciones para escalar cumbres a las que de otro modo jamás hubieran llegado. Pero hay algo más en es.ta cuestión y es que esas desi– gualdades no solo son naturales sino que son necesarias pa– ra el orden y el progreso de la sociedad. ¿Se ha fijado Vd. có– mo el mérito y la hermosura de un paisaje depende de las desi– gualdades? Montañas, valles, ríos, fuentes, mares, bosques, llanuras, líneas que suben, que bajan, luz, sombras, penum– bras, colores. ¡Qué cúmulo de desigualdades para produdr la belleza, es decir, la unidad en la variedad! Pues del mismo modo el progreso, el orden, la armonía de los pueblos exigen la diferencia de clases, porque es necesario que haya quien dirija y quien obedezca; quien piense y quien ejecute. El ca– pitalista que entrega su dinero a un negocio; el técnico que lo desarrolla y organiza y el obrero que lo ejecuta, son los tres factores del progreso humano, cuya existencia y actuación simultánea son imprescindibles. De modo que fa riqueza de unos, la ciencia de los otros y la fuerza de los últimos son ele– mentos no solo útiles, sino necesarios en el desenvolvimiento progresivo de la humanidad. Si todos fuéramos iguales, si to– dos tuviéramos lo necesario para vivir, si no existiera el ali-