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119 encontramos todos en las mismas condiciones frente al traba• jo? No. Unos son fuertes, robustos, activos, ahorradores; otros débiles, enfermizos, tardos de comprensión, holgazanes, gas– tadores, viciosos. ¿Cómo quiere Vd. que sea igual la. suerte y el fruto de los unos y de los otros? Por eso, mientras los hom· bres no tengan el mismo grado de fuerzas. físicas, int~lectua– les y morales, mientras no' tengan todos las mismas aptitudes para el trabajo, habrá diferencias sociales y tendremos ricos y pobres, porque esas diferencias no son sino el eco de las desigualdades que se encuentran en la naturaleza humana. La riqueza, repito, es fruto del trabajo y como el trabajo no es el mismo en todos los hombres, ni en cantidad ni _en calidad, es natural que tampoco lb sea su fruto. Decir, como se ha di– cho, que la propiedad es un robo, es una de tantas tonterías, hijas de la pasión y de la envidia. El derecho de propiedad es tan natttral y legítimo como el derecho a la vida, y el trabajo · es el medio de adquirir ese derecho. De aquí comprenderá Vd. que pretender una nivelación o igualdad de riquezas y de clases en la sociedad, que es el sue– ño de muchos socialistas avanzados, no solo es injusto, pues– to que no se llega a ella sino pi!',oteando derechos muy sagra– dos, si que también imposible en .la práctica, ya que por e1v cima de todos los medios bruscos y violentos, por encima de todas las revoluciones sociales, está la naturaleza que se en– carga de imponer sus leyes. Un ejemplo le hará comprender mejor esta imposibilidad. Tengo delante de mí un charco. Meto en él un palo y lo agito. Estoy haciendo una revolución en el charco. A impulso de aquella agitación todo se confunde y se mezcla, piedras, arenas, tierra, agua, yerbas, y brota lo que llamaríamos la igualdad del charco. Ya no hay en él ca;. pas superpuestas por orden de densidad. Para que esa igual• dad subsista, es necesario que siga.yo revolviendo sin cesar las aguas, pues desde el momei1to en q11e me detenga, la ley natural de la gravedad recobrará sus derechos y aparecerán de nttevo las diferentes capas. Las piedras abajo, luego la