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92 LOS MEDIOS Santísima Trinidad de Caen, al organizarse la re– forma « el solo nombre ele oración mental era tan desconocido entre las monjas, que les causaba espanto y, como en otro tiempo hicieran los Israe– litas, no querían que Dios les hablara por temor a morir » 7 • a) P r á e t i e a y e n s e 11 a n z a s el e l a F u n el a el o r a. Eil primer biógrafo, para encarecer el aprecio que la Santa Madre hacía de la oración y la in– tensidad y asiduidad con que la practicaba y Yi– vía, se sirve de una imagen sobre manera expre– siva. Dice que la oración era su proprio elemento, fuera del cual estaba como violenta y descentra– lizada, por lo cual le dedicaba todo el tiempo de que podía disponer. Y luego para aclarar mejor su pensamiento, sirviéndose de algunas imágenes tomadas del mundo animal y vegetal, se esfuerza en poner de manifiesto todo el significado que encierra el símil basado en la palabra elemento. Son analogías que hoy nos parecen impertinen– tes, pero hay que referirlas a los gustos de la época. E<l lector nos perdonará que insistamos, en gracia a la fidelidad histórica, en esta descrip– ción de colorido barroco y recargado. Juana de Lestonnac « no vivía a gusto fuera de la oración -que era su elemento- como el pez no Cf. Jacqueline BOl!TE DE BLÉ:O.H!R, 0.S.B., Elogcs II, p. 21, sig., citada por Henri BRE:O.Imrn . Histoirc littéraire e/u sentiment religieux en France II, p. 469 sig.
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