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90 LOS :MEDIOS especificaron los siguientes ejerc1c10s diarios: santa misa, una hora de oración por la mañana, examen general y particular, las tres partes del rosario, las letanías lauretanas y la lectura espi– ritual 4 • Las constituciones se mantuvieron dentro de estos límites, pero al indicar el horario de la jor– nada determinaron con más claridad dichos ejer– cicios y en algún caso los aumentaron. Así por ejemplo a la hora de oración de la mañana aña– dieron otra media por la tarde, precedida de quin– ce minutos de preparación, además del tiempo reservado a la última hora del día para la lectura ele los puntos para le mañana siguiente. Para los exámenes se establecen tres tiempos: uno por la mañana y otro por la noche para el examen gene– ral, y a medio día para el particular. También la lectura espiritual se hace dos veces cada día•. Como se ve, los ejercicios ele piedad comuni– tarios impuestos por la legislación no son muchos. 4 Cf. Formula hzstituti n. 25-26; Breve n. 23-24, en Re– cucil, p. 14 y 41. La reseña, sin embargo, no es exhausti– va, como la indica la frase introductoria del número 23 y 22, de la Formula y del Breve respectivamente, que co– mienza con estas palabras: " A mús de los medios de perfección arriba indicados », y se refiere. en primier lu– gar, a los votos y virtudes relativas. Véase ademús Cons– titutions qui concement l'instruction spirituelle, en Re– cuiel, p. 51 sig. ,; CL Ordre domestique ou distribution de temps pour les professes, en Recueil, p. 72. La importancia reservada al examen de conciencia en tres diversos tiempos de la jornada deriva ciertamente de la espiritualidad jesuítica. Cf. Joseph DE GurnERT, La spiritualité de la Compagnie de Jésus, p. 21 sig., 50 sig.

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