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56 PROPEDEUTICA ESPIRITUAL dirigir, cuando no puedan hacerlo los padres jesuitas"'. La Santa Madre proponía asimismo al cardenal de Sourdis la conveniencia de nombrar « algunos otros sacerdotes idóneos para la direc– ción de las almas, doctos, de conducta ejemplar y muy versados en las cuestiones espirituales ,,". Tanto el confesor como los directores se ocu– paban también de instruir a las religiosas con conferencias especiales. Sin embargo, los confe– renciantes se escogían preferentemente entre los padres jesuitas, dada la afinidad espiritual que caracterizó desde sus orígines la Orden de Nuestra Señora con la Compañía de Jesús. Es una tradi– ción que los monasterios recibieron de la misma Fundadora, pues consta que ella acudía a los jesuitas de Burdeos « para las exhortaciones quin– cenales sobre las obligaciones de la la vida reli– giosa, con las que excitaban al fervor y orientaban por la via de la perfeción. También predicaban los dias de fiesta en la iglesia del monasterio y dirigían los ejercicios anuales y la preparación para la renovación de los votos. La Fundadora se gobernaba por este principio: el verdadero espíritu de la Orden por nadie puede ser tan bien conser– vado como por quienes lo profesan y se lo han comunicado » 06 • Juntamente con el confundador P. Juan de Bordes ( t 1620), plácenos recordar al– gunos otros insignes maestros de espíritu que, ade- 0 · 1 Cf. Regles ou I11structio11 pour le co11fesseur n. 1-10, en Recueil, p. 92. 'º Cf. Abrégé ou Forme de l'Institut, lug. cit.; Institut des Religieuses, p. 45 sig. 'º Histoire de l'Ordre I, p. 148 sig., 274.

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