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50 PROPEDEUTICA ESPIRITU:\L el laudabilísimo afán de la Fundadora de la Com– pañía de María por ofrecer a todos los miembros de la misma normas y sugerencias idoneas para una formación sólida e iluminada. a) E l es t u el i o el e la el o e t r in a cristiana El estudio de la doctrina cristiana debe poner en contacto inmediato las religiosas con las más auténticas realidades de los misterios de la reli– gión sintetizados en el catecismo 14 : el dogma y la moral, las obligaciones del cristiano y del reli– gioso. Esto es de primordial importancia en las almas consagradas o simplemente de vida interior; solo así se evitarán los caminos falsos y los desen– gaños de una espiritualidad soñada sin bases só– lidas y estables. Y esta importancia sube de punto, cuando el ejercicio de una determinada profesión implica aquel conocimiento. Era el caso de las religiosas de la Orden de Nuestra Señora dedi– cadas especialmente a la instrucción de la niñez 1 · 1 El impulso dado por el concilio ele Trento con su decreto sobre el Catecismo Romano aprobado después por san Pío V produjo sus frutos en el pueblo y también en los monasterios. A fines del siglo XVI en Francia se inten– sificó su enseñanza gracias a los esfuerzos de los funda– dores de la congregación de la doctrina cristiana, César de Bus y Juan Bautista de Romillon. Este movimiento con tribuye a explicar la postura de Lestonnac sobre el partí cular. Cf. E. MANGENOT, Catéchisme, en Dict. Tlzéol. Cath. II/2, col. 1925 sigs.; Henri BRE'\10ND, lug. cit., p. 17 sigs.; Pío PASCHINI, ll Catechismo Romano del Concilio di Tren– to: sue origini e sua prima diffusione, Roma 1923.

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