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El\ EL PERIODO DE fORl\!ACION 27 tancia, para fijarse en lo esencial y permanente. Con reiterada insistencia se repite una y muchas veces que el examen de las postulantes ha de versar, si no exclusivamente, sí principalmente sobre las cualidades morales y tendencias virtuo– sas. Se juzgan « como más idóneas las que sienten inclinación a la piedad, al servicio de Nuestra Señora, a la humildad, obediencia, caridad y de– más virtudes interiores »". Por consiguiente, las examinadoras, les hablarán con toda claridad « re– presentándoles las principales dificultades de la Orden, así como las mayores obligaciones y las virtudes más necesarias, es decir, la humildad, la obediencia, la caridad, el silencio, y sobre todo la instrucción ele las niñas, tanto a las alumnas ele las escuelas corno de los pensionados, siendo éste el voto má proprio del Instituto » 3 • Y para conocer mejor las posibilidades del logro de la vocación, se averiguarán las garantías que ofrece la postulante « de ser devota, humilde, obediente y celosa de ayudar a las niñas por amor y gloria de Dios » 4 • Estas normas legislativas habían sido previa– mente comprobadas por la experiencia de la Fun– dadora. En sus exhortaciones a las educadoras « recomendaba que no debía ocultarse a las postulantes nada de cuanto hay de difícil o humillante en la vida religiosa... Deseaba que se les inculcara la preminencia que tienen 2 Formule de la réception des Religie11ses de Nostre Dame I/2, en Recueil, p. 98. 3 Cf. ibid. IV /7 y 14, en Rectteil, p. 101-102. ' Cf. ibid. IV/6, en Recueil, p. 101.

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