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APOSTOLADO 185 renciarlos como enviados del mismo Dios, y por lo mismo les han de manifestar con filial confian– za sus necesidades y aspiraciones 7 • Asimismo amaban y reverenciaban a los sa– cerdotes no por sentimentalismo o motivos huma– nos, sino por las relaciones que los unían al sa– cramento del altar, sobre el cual celebran el sa– crificio, consagran el cuerpo del Señor y lo distri– buyen a los fieles. Por estas nobilísimas razones Juana de Lestonnac los favorecía aun economica– mente para que se presentaran siempre con di– gnidad y decoro en su vida privada y en el ejer– cicio de los ministel'ios, « porque -decía- estos agentes y amigos de Dios tienen el honor de sen– tarse a su mesa y alimentarse con este divino manjar»,;. Y deseaba que nada les faltara en sus enfermedades corporales y en sus necesidades materiales". En consonancia con estas aspiracio– nes el Breve fundacional decretó que las religiosas contribuyeran « con sus labores a la ayuda de las iglesias, de los religiosos y de los menesterosos; concretamente a preparar y limpiar corporales, purificadores, manteles de altar, albas y otros se– mejantes actos de caridad » w_ Como es obvio, esta asistencia y ayuda mate– rial era contingente; podía o no realizarse o por 7 Cf. Instruction pour la visite n. 1, en Recueil, p. 96; Histoire ele l'Orclre I, 313. 8 Cf. FRAKCisco JULIA DE ToLOSA, Vita della Venerabile, parte III, cap. 8, f. 307. " Cf. DE S,rn,TE MARIE, A/Jrégé de la vie, p. 169. 10 Cf. Formula Instituti n. 27; Breve n. 25, en Recueil, p, 14 y 31.