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,\POSTOLAilO 183 Las almas consagradas en la Compañía de Ma• ría sufren y se mortifican en perspectiva reden• tora, para cooperar a la salvación de las almas rescatadas sobreabundantemente por la sangre del Cordero inmaculado, pero todavía no lavadas ni purificadas todas. « Me gozo de lo que padezco, y estoy cumpliendo en mi carne lo que resta paceder a Cristo en pro de su cuerpo místico, el cual es la Iglesia» 4 • Las religiosas actúan y trabajan en perspecti– va regeneradora para cristianizar al pueblo for– mando según las normas evangélicas las futuras esposas y madres y con ellas la familia, que es la célula primordial y esencial de la sociedad. Al lado de estas tres dimensiones y perspecti– vas, que pudiéramos llamar externas y visibles de la espiritualidad, otra más amplia, poderosa y eficaz se proyecta al interior. Es la búsqueda apa· sionada de Dios y de su posesión amorosa, en cuanto es posible a los viadores, mediante la gra– cia santificante y los dones del Espíritu Santo, para después proyectar en los hombres, en fun– ción de instrumentalidad, el misterio de la salva– ción aportado por Cristo y confiado a la Iglesia. Y así hemos indicado la idea-clave de toda acti– vidad apostólica, el hontanar inagotable que ali– menta la corriente de aguas vivas, que es la ora– ción, la vida interior. Toda auténtica actividad apostólica ha de ser como la floración natural y espontánea de la abundancia de la vida divina, que el alma posee. El instrumento debe adecuarse ' Col. 1, 24.

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